Viña Los Vascos: la recompensa del afinamiento en botella

La versión corta de este texto fue publicada ayer, 7 de junio, en el portal graciasalvino.com, el cual les invito a visitar, ya que tiene mucha información de interés para los aficionados al vino.


Por lo general, el consumidor común de vino adquiere los productos del anaquel para descorcharlos de inmediato, sin pensar si el mismo tiene -o no- potencial de guarda, remitiéndose casi siempre a buscar etiquetas con añadas lo más reciente posible.

Si bien lo anterior es lo más natural y es la recomendación que uno recibiría de un experto, la realidad es que en la actualidad hay muchos vinos en los anaqueles de las licorerías venezolanas que datan de cosechas de hace cuatro, seis u ocho años, los cuales se encuentran no solamente en perfecto estado, sino que, a su vez, pueden sorprender gratamente el paladar del catador.

Un ejemplo de ello son los vinos de la gama de inicio de Viña Los Vascos, específicamente el Sauvignon Blanc 2013 y el Cabernet Sauvignon 2012. La pregunta que cualquiera podría hacerse es: ¿De verdad esos vinos chilenos están correctos, si se supone que son productos para ser consumidos jóvenes?

LA DEGUSTACIÓN

La respuesta a la pregunta anterior es sí. No solamente están correctos; son vinos que se mantienen vivos para el disfrute del consumidor porque han evolucionado de una forma hermosa, para ofrecer algunas características que posiblemente no eran las que tenía en mente su enólogo cuando los creó, pero las cuales lo sorprenderían gratamente.

EYI Los Vascos WhiteEl Sauvignon Blanc (2013) se presenta en vista con un color amarillo pálido, límpido, aun brillante y ligero en copa. Una nariz de intensidad media permite reconocer aromas de frutos cítricos como el pomelo, así como algunas notas de piña madura y melocotón, las cuales se conjugan con el carácter herbáceo/vegetal del vino. Su delicada entrada dulce desaparece inmediatamente para dar paso a una acidez media y a un carácter mineral/salino que se percibe en nariz y que se confirma en el paladar. La sensación de alcohol es media, así como el cuerpo del vino, que persiste en boca gracias a una frescura a la que algunos no apostarían en un vino blanco con cinco años de edad.

EYI Los Vascos RedPor su parte, el Cabernet Sauvignon (2012) decide no esconder su edad y se muestra con un color rubí que degrada hacia el granate, en una capa de profundidad media, con buen brillo y lento andar en copa. Sorprende su intensidad en nariz y su compleja paleta aromática, especialmente para un vino que nunca pasó por barrica. Inicialmente se perciben aromas reductivos que se mezclan con ciertas notas de sotobosque. Pero al dejarlo respirar, se consiguen notas de frutos negros de bosque en confitura, pinceladas de lavanda, aromas balsámicos y un delicado toque de eucaliptus totalmente amalgamado con el resto de la paleta. Su entrada en boca es intensa, pudiéndose confirmar los aromas en el paladar, acompañados por un delicado dulzor y una acidez media. Taninos aterciopelados se conjugan con un cuerpo medio/alto, con buena presencia de alcohol, en un vino de persistencia larga que, con seis años de vida, genera una excelente conversación entre quienes lo degustan.

LA INVESTIGACIÓN

Me atrevo a generalizar, porque entiendo que la mayoría de los consumidores quieren comprar y no detenerse a investigar sobre la bodega que produce un vino y, mucho menos, cómo el mismo es elaborado. Pero hacer lo propio fue lo que me permitió entender los tras bastidores de estos vinos jóvenes de Los Vascos y por qué me sentí recompensada al poder disfrutar de su afinamiento en botella.

Viña Los Vascos es una bodega chilena, pero es parte del Domaines Barons de Rothschild (Lafite), por lo cual sus vides y la producción de sus vinos tienen una alta influencia francesa. El Barón Eric de Rothschild tienen una frase en el sitio Web de la viña, que marca el inicio de la respuesta a la pregunta antes hecha: “Ser pioneros en Chile era un desafío apasionante y hemos escogido un terroir excepcional”. La longevidad de un vino se piensa desde el viñedo, cuando la tierra y el clima en el cual se cultiva la vid son los aptos para que una cepa en particular se desarrolle adecuadamente y de su óptimo fruto. Las vides de Sauvignon Blanc de esta bodega provienen de Casablanca y Leyda, en la región de Aconcagua, regiones costeras de Chile que en los últimos años han demostrado dar uvas con una esencia particular. Por su parte, las variedades tintas son cultivadas en viñedos propios de la firma, en la zona central de Colchagua, en 640 hectáreas que se encuentran en los faldeos del Cerro Cañetén, a 130 metros de altitud, con suelos de origen volcánico y tierras franco arcillosas y con arenas graníticas, las cuales le dan potencia y estructura a la Cabernet Sauvignon. Aunado a todo lo antes expuesto, dos frases claves que le permiten entonces a Los Vascos producir vinos de calidad aun en su línea baja: expresión de terroir y bajo rendimiento (pocas uvas, concentradas en aroma y sabor).

ASPECTOS DE LA VINIFICACIÓN QUE INCIDEN EN LA GUARDA

Antes de ser embotellados, todos los vinos pasan por tres etapas que van a incidir en su desarrollo y evolución como producto de calidad. En la etapa pre-fermentativa, se debe tomar en consideración la selección de las uvas, evitando bayas aporreadas y elementos ajenos a la uva en sí, como hojas y ramas, entre otros; también un estrujado/prensado que no rompa las semillas, una maceración que permita extraer aromas y sabores de las variedades, por solo mencionar algunos aspectos.

En términos de la fermentación alcohólica, la selección del tipo de cuba (acero inoxidable, barrica, cemento), el tipo de levadura a utilizar (indígena o comercial) y la temperatura/duración de la fermentación son elementos que marcan una diferencia importante en el producto final. Las levaduras indígenas le darán un carácter particular al vino, mientras que las comerciales se usarán para obtener mayor homogeneidad en el producto final. Con el uso del acero inoxidable, temperaturas bajas y fermentación lenta, se conseguirán vinos ligeros, pero con una carga importante de aromas propios de la variedad. La presencia de la barrica durante esta etapa le va a otorgar mayor textura y estructura al vino, mientras se trata de “preservar” los aromas/sabores primarios de la uva.

En la etapa post-fermentativa, la mayoría de los vinos tintos (y pocos blancos), realizarán una segunda fermentación conocida como fermentación malo-láctica, la cual transforma el ácido málico -similar el que encontramos en la manzana verde- en ácido láctico. Este proceso, además de transformar la acidez y la textura del vino, volviéndolo más untuoso y otorgándole aromas con carácter lácteo como la mantequilla, servirá en términos de la guarda, para incrementar la estabilidad biológica de los vinos.
Los blancos casi siempre van a pasar por un proceso de estabilización en frío, que evita la precipitación de cristales de tartrato, conocidos como diamantes del vino, en el fondo de la botella. En el caso de estar buscando mayor complejidad y durabilidad de un vino, el enólogo apostará a su crianza en barrica, la cual más allá de los aportes aromáticos de la madera, integrará los taninos y estabilizará el color.

Apenas he nombrado algunos de los aspectos de la vinificación que inciden en la guarda y afinamiento del vino. Son muchos los factores que un bodeguero debe tomar en consideración cuando decide producir vinos de calidad, así como muchas las decisiones que el enólogo debe considerar para hacer un producto que perdure en el tiempo y se desarrolle de manera adecuada.

CONDICIONES IDEALES DE GUARDA

Cuando el vino llega al anaquel, la responsabilidad de sus cuidados entra en manos de su distribuidor/vendedor y del consumidor. En este sentido, es importante tomar en consideración ciertas condiciones que garanticen que ese vino elaborado con los cuidados antes mencionados, llegue a la copa en perfecto estado:

  • Posición: si las botellas están selladas con corcho natural en cualquiera de sus versiones, debemos conservar el producto acostado, de modo que el vino mantenga el corcho húmedo.
  • Temperatura: lo principal es que sea constante. La temperatura óptima de guarda es entre 14 ºC y 16ºC, por debajo de eso el vino de alguna manera se apaga; por encima, envejece prematuramente.
  • Iluminación: se debe conservar el vino en ausencia de la luz, ya que esta favorece la oxidación.
  • Vibración: las vibraciones fatigan al vino y evitan que se exprese correctamente. Es por ello que si viajamos y traemos un vino con nosotros, debemos darle chance a que se recupere de su travesía antes de consumirlo.
  • Humedad: si se tiene posibilidad de controlarla, es ideal entre 75% y 80%, para impedir la desecación y contracción del corcho. Por debajo de ese porcentaje, se secan los tapones; por encima, puede aparecer moho entre la cápsula y el tapón
  • Ventilación: debe haber circulación de aire en el lugar donde se almacena el vino, especialmente si no es una bodega establecida para este propósito.

Si no cuentas con una nevera especial, uno de los mejores lugares para guardar y afinar los vinos en casa, es un closet de poco uso, que se encuentre en la parte menos caliente de tu hogar y donde no se almacenen productos con olores. Recuerda acostar las botellas y dejar que el closet se ventile de vez en cuando.

¿CUÁNDO LO DESCORCHO?

Acidez, alcohol y astringencia son los pilares de soporte para la crianza y afinamiento de un vino, pero son factores que solamente vamos a conocer si descorchamos el producto o si tenemos la dicha de contar con un aparato tipo Coravin™, que nos permita extraer el vino sin sacar el corcho.

Los vinos que tienen una larga guarda en barrica, pueden permanecer mucho más tiempo en la botella, consiguiendo amalgamarse de forma hermosa para brindar mayor elegancia a quien los consume. En algunos casos, pueden durar 15, 20 o 30 años, dependiendo de muchos de los factores antes descritos como los aspectos de la vinificación y las condiciones de guarda.

Vinos con crianza media, entre 12 y 18 meses, evolucionan muy bien en un periodo entre 4 y 8 años, mostrando entonces su nobleza. Primeros son potentes y de gran carácter, y con el tiempo se ablandan sin perder su firmeza.

Los vinos jóvenes se recomienda descorcharlos máximo entre dos y tres años después de su cosecha, si queremos percibir en ellos los aromas, frescura y acidez de cuando fueron elaborados. Pasado ese tiempo, si el vino ha tenido condiciones ideales de guarda, comenzará a evolucionar dentro de la botella, cambiando de color, disminuyendo su intensidad aromática, modificando el tipo de aromas y ofreciendo menor acidez/alcohol/taninos. Pero siempre podemos llevarnos gratas sorpresas como nos ocurrió con las dos añadas de Los Vascos, 2013 para el blanco, y 2012 para el tinto.

¡Salud!

Elizabeth Yabrudy I.

Degustación: Cabernet Sauvignon

La noche del pasado martes tuvimos oportunidad de degustar -en diferentes presentaciones- a la reina de las cepas tintas: Cabernet Sauvignon. Fue una sesión para disfrutar de las cualidades de esta variedad, expresadas con el carácter que cada terruño puede brindarle. Cinco exquisitos vinos que fueron degustados con rigor, pero al final lograron avivar al grupo e invitar a la tertulia.

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Finca Sophenia Reserve
Finca Sophenia / Mendoza / Argentina / 2014 / 14.5° GL


Rojo rubí con tendencia hacia el púrpura, de intensidad media-baja, buen brillo, y un lento movimiento en copa que permite que el vino se adhiera a sus paredes, esculpiendo hermosas piernas. Una nariz algo tímida, pero con ganas de mostrar los atributos de un buen Cabernet. La expresión de mora, casís y otras frutas negras de bosque domina la paleta aromática, la cual es complementada por algunas flores como la violeta, notas mentoladas, recuerdos de pimienta y cedro.
Un exquisito dulzor da paso a una acidez media y a esa sensación salina, propia de muchos vinos argentinos. Un vino joven, de buen carácter, que promete seguir desarrollándose porque mantiene su presencia en términos de astringencia y alcohol, además de cuerpo y persistencia media.
Presiento que debe ser un excelente compañero de una pasta a la puttanesca o de una pizza vegetariana.

Passeport Médoc
B&G / Bordeaux, Francia / 2012 / 13° GL


Su color rojo rubí se mantiene sostenido, en una capa media, con buen brillo. Una nariz absolutamente distinta a la del vino anterior, nariz de Viejo Mundo. Complejidad que combina el cuero con hierbas aromáticas como laurel y tomillo, y algunos elementos torrefactos. Estos aromas son acompañados por un popurrí de flores y frutas negras de bosque muy maduras.
Parece que entra directo con la sensación de acidez media-baja y un carácter mineral. No es tan intenso en boca; su astringencia es media, pero el resto de los elementos como alcohol, cuerpo y persistencia son catalogados con una potencia media-baja.
Es un producto elegante que bien puede consumirse solo, o acompañar platillos de carne roja o blanca que destaquen la presencia de algunas hierbas aromáticas en su cocción.

Los Vascos Reserva
Viña Los Vascos / Colchagua, Valle de Rapel / Chile / 2012 / 14° GL


Se repite el rubí, ahora con toques violáceos, en un vino profundo en color, de buen brillo, con unas piernas que quieren ser vistas. Tiene mayor intensidad en nariz y se siente orgulloso de su origen chileno. El eucalipto permanece por largo tiempo, permitiendo a ratos que salgan otros aromas de la copa, como cerezas negras, ciruelas pasas y moras, pero vuelve a cubrirlos con énfasis. En boca sus sabores se perciben con intensidad baja-media, igual que la astringencia y el cuerpo. La sensación alcohólica recuerda que es un vino de 14 grados, el cual tiene una persistencia prolongada. Un Cabernet con carácter, que recomiendo airear por unos 20 minutos y dejarlo participar como invitado especial en una parrilla venezolana.

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Niner Wine Estate / Paso Roble, California / Estados Unidos / 2010 / 14.8° GL


De color rojo rubí que degrada hacia el granate, de gran intensidad cromática, con un lento andar en copa. Su nariz grita California al ritmo de todos los aromas. El clásico casís baila con la cereza negra, mientras algunos toques de pimienta y cedro salen a relucir. La barrica de roble americano incrementa la tonada, cuando vainilla y coco entran en el son. La entrada seduce la boca, seguida por una acidez media/baja, percibiéndose muy equilibrado. Sus dulces taninos se sienten aterciopelados. Es un vino de cuerpo y sensación alcohólica media, en el cual se confirman los aromas y se percibe un postgusto con sabor a chocolate negro. Cautivó a quienes tuvimos el chance de probarlo.

Para cerrar, Miguelangel Moya nos consintió con un Le Dix de Los Vascos, añada 2001. Impresionante como este vino se ha mantenido a lo largo del tiempo, conjugando su origen chileno con la magia que le da el toque francés, al ser parte de los dominios Barons de Rothschild (Lafite). ¡Mil gracias por compartirlo con nosotros!

¡Salud, por una noche muy especial con la reina de las cepas tintas!

Elizabeth Yabrudy I.